Una de las series del momento.
Una de esas series que no es basura aunque se emita en verano.
Ha triunfado en los últimos premios Emmy y sin duda está cogiendo fuerza y convirtiendose en una de las "a tener en cuenta", de la televisión americana.
Yo la comencé hace un mes y me zampé la primera temporada y lo que lleva de segunda, en nada. Una serie que juega con varios géneros, que toca temas controvertidos, morbosos o llamativos y eso es con lo que juega a su favor.
Lo primero, Taylor Schilling, la protagonista.
Todo un descubrimiento. Una actriz muy real, natural y que tiene un personaje que no es ni bueno ni malo, que la entiendes y no, que es justo, y no siempre. Si para llevar el barco pones a un capitán tan humano como ella, es fácil ponernos en su pellejo y meternos de lleno en su aventura.
El pellejo de una chica acomodada, que después de esos errores del pasado, y por arrepentimiento, se ofrece y cumple condena en una cárcel de mujeres, en la cual deberá hacer frente a esa nueva y dura vida, además de enfrentarse a su pasado y ver como el resto de su vida va pasando en el exterior sin ella.
Leyendo esto, dices, joder vaya dramote de serie. Pues no, otro de los puntazos es como juegan con la comedia y el drama. Los guionistas son realmente buenos, y consiguen pasar de la carcajada a ponerte un nudo enorme en la garganta.
Y es que no solo los guionistas, sino que el casting es brutal, con un reparto de secundarias que se comen la pantalla y que se ganan el cariño del espectador enseguida.
Es íncreible el casting, la transformación física y psicológica que tienen estas actrices/actores de la vida real a sus personajes. De verdad que es algo que llama la atención más que en otra serie que haya visto antes.
Sin duda una muy buena serie, fácil de ver y de que te guste, y que compite con la élite de la tv americana. Una serie que poco a poco se está convirtiendo en lo que se merece y que si continúa así, será, sin alguna duda, una de las grandes.
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